La Vida en el Espiritu

Otra figura del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento es el viento.  La palabra hebrea "ruah" (pronunciación:  ru-AJH) expresa la idea.  Ruah se traduce como "aire" o "viento" en Génesis 3:8.  Aquí dice que la presencia de Dios en el huerto del Edén se sentía como el "aire de día".  Luego en Génesis 8:1, Dios manda un ruah para secar la tierra después del diluvio de Noé.

Job 9:16 habla del ruah como el "aliento", que es necesario para la respiración de seres vivientes.  En este sentido, el ruah produce y sostiene la vida.  Como ejemplo gráfico de esto, el profeta Ezequiel nos relata en el capítulo 37 de su libro la visión de un valle lleno de huesos secos.  Dios pregunta al profeta si estos huesos podrían vivir de nuevo.  Como respuesta a su propia pregunta, Dios dice a Ezequiel:  "Profetiza al espíritu (ruah), profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu (ruah):  Así ha dicho Jehová el Señor:  Espíritu (ruah), ven de los cuatro vientos (ruah), y sopla sobre estos muertos, y vivirán.  Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu (ruah) en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo" (37:9-10).

Como puedes notar, la palabra ruah se usa alternadamente como "viento", "aliento” o "espíritu", según el contexto en que aparece.  Entonces, según el concepto antiguo testamentario del ruah, ¿qué podemos concluir del carácter del Espíritu Santo de Dios?

  -  Nunca está quieto
  -  Revivifica a las personas.
  -  La obediencia desencadena su poder.